Cuando dejamos algún animal (perro o gato), que hemos hallado en la calle en una centro de rescate, sentimos la satisfacción de haber librado de los peligros de la ciudad a una animal que quizá no podía sobrevir solo más que un par de días, sin embargo nuestra labor no debería terminar ahí, porque las protectoras de animales son entidades muchas veces, autofinanciadas, este es el caso de PAE (Protección Animal Ecuador, y sus ingresos, que dependen de donaciones voluntarias, no son suficientas para cubrir gastos básicos como alimentación y espacio. Se ven entonces obligadas a dormir a los animales que en un primer momento hemos dejado.
Mueren muchos perritos y gatos, si no los adoptamos o apoyamos económicamente a estas instituciones, podemos cambiar esta situación ayudemos a que ellos ayuden.
viernes, 16 de noviembre de 2007
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